Cuando acecha la maldad: la película de terror argentina que todos hablan
Hay algo físico que se construye muchas veces en una película que transmite mucho más que imágenes. Son sensaciones que se generan desde lo que le ocurre a los protagonistas y que se traspasan directamente a los espectadores. Cuando acecha la maldad provoca en quien la vea exactamente lo mismo que le pasa a sus personajes principales y de manera cronológica: sorpresa, asombro, miedo, desesperación y vacío total.
La impresionante película dirigida por Demián Rugna es una sensación a nivel internacional, ya que pasó por diferentes festivales y, en su estreno comercial, se estrenó en casi 800 salas de los Estados Unidos. Ese número es toda una novedad y un logro impensado: el público de ese país no es propenso a ver films subtitulados.
A principios de octubre, Cuando acecha la maldad se transformó en la primera película latinoamericana en ganar el Festival de Sitges, uno de los más importantes del cine de género en el mundo. Eso, le dio un empuje acelerado a la llegada de nuevos mercados, como el de los Estados Unidos, además del europeo.
De qué se trata “Cuando acecha la maldad”
Cuando acecha la maldad es un film dirigido por Demián Rugna, que también escribió el guion. El realizador es un experto en el terror, ya que fue el hombre detrás de cámaras de Aterrados y Malditos sean!, entre otras producciones del mismo estilo.
La trama ocurre en medio de una población rural, sin definir, en la llanura pampeana. En la parsimonia absoluta de una casa ubicada en el campo, dos hermanos escuchan tiros. No entienden muy bien que pasa, pero saben que lo que va a ocurrir es algo malo: al salir, descubren un cuerpo partido en dos y algunos elementos extraños desperdigados por ahí.
Esto los va llevando a ir develando la verdad de la situación. En la casa de unos vecinos, un hombre corpulento, yace en la cama y no se puede mover. Su físico, decadente, está a punto de descomponerse. La desolación es total.
Los hermanos se dan cuenta que un ser maligno empieza, desde las sombras, a acechar los cuerpos de las personas más vulnerables para intentar ocupar ese espacio con un objetivo monstruoso. La única opción para ellos parece ser escapar, aunque, poco a poco, todo descenderá a un infierno en la Tierra difícil de desenmarañar.
Qué referencias tiene “Cuando acecha la maldad”
El gran impacto de Cuando acecha la maldad aparece en el tercer acto del film, que mas vale no spoilear: los giros de su trama golpean al espectador, tanto como lo que sufren codo a codo los protagonistas.
La dinámica del film de Rugna está inmersa en una clase de películas de terror que están cruzadas por decenas de referencias dentro del horror, pero a su vez, también se nutre de condimentos de otros géneros.
El realizador parece haber hecho un cóctel en el que mezcló toda su cinefilia excelsa con un solo objetivo en mente: fundar casi un subgénero en sí mismo, el del terror rural gótico.
Rugna toma elementos del policial negro de Pecados Capitales, dirigida por David Fincher; tiene una inspiración directa de historias folk como La bruja, de Robert Eggers; y se pasea por detalles sacados de los slashers sureños de The Hills Have Eyes, de Wes Craven y La masacre de Texas, de Tobe Hooper.
Ese corpus de films que sobrevuela alrededor de Cuando acecha la maldad se funden con el espíritu fantástico que Sam Raimi coloca con precisión en Evil Dead; el desparpajo violento que Narciso Ibañez Serrador trasluce en ¿Quién puede matar a un niño?; y la tragedia griega que Yorgos Lanthimos construye en la apabullante El sacrificio del ciervo sagrado.
El resultado es una película que va teniendo una especie de efecto mariposa de la maldad, casi del estilo de las estremecedoras Eden Lake, Speak no Evil o la clásica Funny Games. La actuación de Ezequiel Rodríguez, Demián Salomón y la participación de Luis Ziembrowski saca el aliento por completo.
Por qué es importante “Cuando acecha la maldad” para el terror local
La importancia de Cuando acecha la maldad para el género del terror en la Argentina se da a partir de su llegada a todos los mercados internacionales, en su estreno comercial, debido a haber sido la Mejor Película en el Festival de Sitges.
Esa celebración abre las puertas para muchas de las películas que forman parte de la competencia y, por lo tanto, amplían la chance de visibilidad para todas las historias que todavía no iniciaron su camino o que ni siquiera son proyectos.
“El premio de Sitges abraza a todos los realizadores que hacemos género en Argentina, y le pone una frutilla a mi carrera”, aseguró Rugna, cuando habló con TN Show tras recibir el galardón.
Hay un dato que alimenta todavía más la teoría de que esta película puede ser una bisagra para el género local. En uno de los cines en los que se vio la película en los Estados Unidos, estaba de incógnito James Cameron, el director de Terminator y Titanic. Vaya espectador. / TN